miércoles, 5 de septiembre de 2012

La cava

Siempre me ha costado trabajo adaptarme a las condiciones de alimentación de donde he ido, luego entonces, soy muy mamón. Como podía esperarse aca en Motozintla no hay muchos lugares que me gusten para ir a comer y la comida del hospital nunca ha sido una opción para mí. Recorri muchos lugares, pregunté a algunas personas y llegue a un pequeño lugar alejado del hospital, pero algo cercano al centro de motozontla. Se llama "la cava" y para acceder al lugar hay que bajar una bajada muy prominente. Sus puertas de madera y su tapete de entrada con la leyenda de bienvenido me dieron buena espina y decidi meterme alli. El piso muy limpio y a diferencia de los demás restaurantes del lugar, éste no tiene sillas de plástico (bueno, si tiene algunas pero hay una mesa que tiene sillas de hierro forjado y eso fue lo que me convencio para comer alli). El servicio muy bien, muy amables, hay una pantalla plana al frente en la cual estaban pasando un partido de fútbol, no recuerdo cuál realmente pues no presté mucha atención. Pedi unos huevos con tocino y una quesadilla de queso. Muy rápidos me sirvieron los huevos con frijoles con queso al lado, unos totopos y unas tiras de platano macho fritas. Muy bueno realmente. la quesadilla, aunque buena, sin seguir los cánones de preparación de una quesadilla, pues en lugar de ser una tortilla doblada me la hicieron tipo sincronizada y la partieron. Esa fue mi primera experiencia en ese lugar, ya que me tarde un rato en encontrar donde desayunar el primer dia.

Resulta que después, ya cuando mis demás compañeros arribaron al lugar, obviamente los lleve al mismo lugar y el primer dia fui con una cirujana y una anestesiologa. Bueno, fue magnifica la charla que tuve con ellas pues independientemente de lo que el lugar personalmente me puede ofrecer, esa noche me ofreció algo más que comida. Me ofreció una excelente charla que pasó desde nimiedades absurdas hasta el análisis al mejor estilo de Fromm de el arte de amar. Frases como las de para aprender a amar hay que dejar de pensar en una relación en un sentido mercantilista y hacer como hace el artista cuando por etapas comienza estudiando la teoria del color, etc invadieron el centro de la mesa con un ir y venir de opiniones entre los tres que estabamos en la tertulia. Realmente puedo decir que en algun tiempo no habia tenido una charla tan amena y es menester mencionar que todos participamos en ella imprimiendo cierto sentido personal en cada una de nuestras opiniones hasta el punto de no soportar más la formalidad e iniciar cada uno con su respectiva trágica historia o por lo menos dejando entrever algo demasiado personal como regalo para los oyentes de la mesa.

Al final de la charla, la queb se prolongó por algunas horas decidimos salir del lugar y por primera vez sentí frío en este caluroso lugar. De broma dije- ¿hace frío o será que nos quitamos el abrigo emocional que portábamos?-

En fin, ese primer día de apertura emocional sirvió para romper el hielo y mostrar la dura fragilidad y la frágil dureza del ser humano.


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